Escultismo hasta por las orejas

Esta semana pasada ha sido el 2º encuentro del curso de Monitor de Tiempo Libre - Responsable de Unidad (MTL-RU o MTL a secas para los amigos) y, aunque he acabado saturado de escultismo y agotado, ha sido, al igual que el encuentro anterior, una experiencia agradable, divertida y enriquecedora. El primer encuentro tuvo lugar en el Hogar La Salle, de Jerez de la frontera, y esta vez ha sido en el ahora llamado Hogar de San Juan, antigua sede de "Las hermanitas de los pobres", en Jerez de la frontera también.

Durante todo el puente hemos estado allí recibiendo toda la información necesaria para ser buenos responsables scouts o, al menos, legalmente monitores de tiempo libre y responsables de unidad. Para este encuentro tocaba aprender todo lo relacionado con las ramas, empezando con lobatos, continuando con pioneros y rutas y terminando con castores y rangers, temas durante los cuales he aprendido muchísimo y se me han ocurrido buenas ideas, me ha despertado interés por otras ramas que no sean las que he sufrido en mis carnes (antes inexistente) y lo hemos pasado en grande. Ha sido una semana de risas, cachondeo, bromas, debates, disfraces, teatros, intercambio de ideas, ampliación de conocimientos, intercambio de anécdotas y aprendizaje intensivo durante las prácticamente 13h diarias de clase y 24h diarias de convivencia con scouts de toda la Delegación con los que, desde el primer encuentro y, cada vez más, vamos teniendo una confianza y complicidad que es posible lograr únicamente entre scouts.

De cada encuentro de este estilo siempre me quedo, además de con los conocimientos adquiridos en cada una de las ponencias (o al menos de lo que me acuerdo de ellas), de las relaciones que se crean entre todos los que asistimos a ellos, una confianza como la que hay entre personas que se conocen de toda la vida, que permite bromear con todos desde el primer día y que hace la convivencia de lo más agradable, incluso permitiendo solucionar de forma rápida y eficiente los roces que puedan nacer fruto de la convivencia.

Así que, por todo ésto, gracias por el puente a todos los asistentes, directores del centro, ponentes y, por supuestísimo, al equipo de cocina que nos ha alimentado durante toda la semana con una comida que estaba para chuparse los dedos.

Buena caza y largas lunas.

El oso de peluche Kiwi como regalo a Rocío de parte de los alumnos.